Lo cambié todo

 

"Lo Cambié Todo"

                                                    Un relato de José Luis RAMOS

Gabriel tenía 56 años cuando lo supo con certeza. No fue un evento trágico ni una discusión brutal. Fue algo más silencioso: una mañana cualquiera, se sentó a desayunar y supo que ya no quería seguir viviendo así. Ni un año más. Ni un mes. Ni un día.

Había aguantado muchas cosas, desde que vivía solo, no había día que no tuviese a algún hijo a comer, a cenar, a acostarse, a traer lo que les sobraba en casa, tenía los armarios hasta arriba de cosas que nadie quería...

Por eso,  esa mañana, mientras el café se enfriaba en la taza, comprendió que si seguía cediendo más y más cada día,  acabaría siendo un mueble más. Y él no había nacido para ser parte del decorado.

Así que lo hizo.

Vendió la casa. No pidió permiso. No consultó con nadie.

Se buscó un pequeño piso en la costa, donde nadie lo conocía, donde su historia no era una cadena sino una mochila liviana que podía dejar en cualquier banco del paseo marítimo. Se inscribió en un taller de escritura. Fue el mayor del grupo con diferencia, pero nadie se atrevió a tratarlo con lástima. Porque hablaba con verdad. Y quien habla con verdad impone respeto.

Comía solo, pero no se sentía solo. Tenía paz, y eso era algo que jamás había sentido entre las paredes de su antigua vida.

Un día, su hijo menor lo llamó para reprocharle la “irresponsabilidad”. Gabriel escuchó en silencio y respondió con una voz que no había usado antes:

—Yo me perdoné, hijo. Ojalá tú también puedas.

Colgó sin rabia. Y volvió a su escritorio. La novela que escribía no era para ganar premios. Era para dejar constancia. Para que alguien, algún día, leyera y entendiera que siempre hay tiempo para recuperar el centro de tu propia vida.

Y sí, tenía achaques, pero también tenía tardes de sol en la piel, paseos lentos con música en los auriculares, y esa sensación extraña —casi desconocida— de que estaba donde quería estar.

Gabriel no vivía una vida perfecta. Vivía su vida. La que hasta entonces no se había atrevido a vivir.

Comentarios

Entradas populares