LAS PREGUNTAS DE MÉNDEZ
Pepe Ramos Después de diez noches buscando entre los antros, por fin, ¡eureka! He encontrado a la chica de la foto, está aquí, frente a mí, bailando en una jaula para adobar los peores instintos de unos cuantos babosos. ¿Cabía esperar esto? Sí, Méndez, sí, sabes perfectamente que suele ser así, no te hagas de nuevas, si buscabas en los tugurios es porque solo en los tugurios de mala muerte suelen terminar las niñas perdidas. ¿Cuántas has encontrado por este sistema? Diez, veinte… más, seguramente más. A veces, debes reconocerlo, te avergüenza este oficio de sabueso inmerso en la cloaca, quisieras volver a sentir el orgullo de ser un hombre cabal, el mismo hombre cabal que fuiste hasta aquella tarde aciaga en que una bala que nunca debió dispararse te dejó en la calle y deshonrado. Muchas noches, no todas hay trabajo, te recome el recuerdo de aquel día, del compañero muerto… Y te preguntas si aquel disparo fue intencionado o no, si fue un error o, simplemente, te cegó la...