MIENTAS ERNESTO SUEÑA
MIENTRAS ERNESTO SUEÑA Pepe RAMOS Antonio mira a su padre desde el marco de la puerta. Ernesto es un viejo encogido, de manos sarmentosas, se ha quedado dormido en el sillón de orejas, vive en casa de su hijo Antonio desde que se fue ella, está calentito, cubierto con la manta zamorana que le regalaron por su santo, se ha quedado dormido, en los últimos años se queda dormido en cuanto está cómodo, casi siempre, como ahora, con un libro abierto entre las manos, tiene la boca entreabierta y las viejas gafas de concha, torcidas, la novela abierta por la mitad, su actividad casi absoluta en los últimos tiempos es leer o intentar escribir sus recuerdos, aunque nunca lo ha logrado del todo. Antonio sonríe, siempre supo que su padre era un hombre de sueños frustrados, sueños que no logró materializar como hubiese querido, siempre, se le cruzaban por delante las novelas o los programas de la radio en sus años mozos, cuantas veces les habrá contado historias de j...