EL BILLETE 14 V.
El
billete 14 V.
José Luis RAMOS
Vía
16. Tren Madrid-Chamartín con destino Salamanca, Salamanca-Alamedilla. Coche 1.
Hora de salida, ocho de la noche.
Una
joven sube apresurada arrastrando en la mano izquierda una maleta con ruedas, tras una mirada rápida a su
alrededor se dirige, con prisas y el billete en su mano derecha, hacía su
asiento que está ocupado.
-Por
favor, perdone, ese es mi sitio ¿sería tan amable?
Dos
jóvenes se besan apasionadamente sin prestarle la menor atención. La
propietaria del billete 14 V parece confusa, mira a su alrededor. Ni rastro del
revisor. El tren arranca.
-Oiga,
¡qué ese es mi asiento!, mire –le pone ante los ojos el billete, las dos efusivas jóvenes se muestran ofendidas, en los asientos próximos observan pero nadie dice nada ni sale en ayuda de la joven que reclama su asiento.
La joven que ocupa el asiento 14 V, mira a la reclamante con ironía y una sonrisa contagiosa.
-No
moleste, ¿es que no puede entender que…
-Yo…
-duda unos segundos- lo entiendo todo, pero, ese es mi sitio ¿o es que
pretenden que viaje de pie hasta Salamanca?
La
joven que ha dejado a su acompañante para atender la reclamación, visiblemente enfadada, intenta convencerla en un tono paternalista..
-Vamos a ver, vamos a ver… porque, ya me esta cargando ¿sabe?, yo, viajo con mi novia hasta Salamanca, es culpa del hombre del mostrador que estemos en asientos separados… Nosotras necesitamos estar juntas, ¿o es que no se ve? –Se vuelve hacía su acompañante y la besa largamente con el acompañamiento de risas de los vecinos de los asientos cercanos, espera un poco y cuando se han acabado las risas vuelve a la carga:
- Coja usted mi
dichoso billete y lárguese. Total, es un poco más allá y nosotras…
La
portadora del 14 V no se atreve a levantar los ojos del suelo, ya iba a coger,
en silencio, el billete y desaparecer, sentía sobre ella las miradas de
todos los viajeros, cuando iba a coger el billete y su maleta es cuando aparece el revisor, con su cuadernillo y el
bolígrafo en la mano. Es un hombre mayor, gordezuelo y de pocos amigos que quiere solucionar el asunto en dos patadas.
-¿Qué
está pasando aquí? ¿De qué se trata?
-Pues
mire usted –dijo la propietaria del billete 14 V- Ese es mi asiento. ¿Ve usted?
– entrega el billete al revisor-.
La
ocupante del asiento entrega inmediatamente su billete, el 15 P y dice
tan campante.
-Nosotras somos pareja ¿sabe usted?, y vamos a Salamanca para...
La interrumpe su acompañante.
-Para casarnos ¡qué pasa¡
Y esta… –mira de arriba abajo a la propietaria del billete 14 V- persona, pretende impedir que podamos viajar juntas. ¿Se da usted cuenta del cinismo? a
ella ¿que más le da?
El revisor duda unos
instantes.
-El
caso es que… a efectos de RENFE no hay ningún problema… salvo que… ¿sería usted
tan amable de pasar al 15 P? En estos casos… ¿Usted ya me entiende…?
Un
aplauso general impide oír las palabras de la propietaria del billete 14 V que, muy
nerviosa y con los ojos anegados en lágrimas toma el billete 15 P en la mano y
arrastra su pesada maleta en dirección al asiento correspondiente.
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