¡ES LO QUE HAY!
¡ES LO QUE HAY!
A 18 de diciembre de dos mis veinte. Primer año de la Pandemia,
Cuando era un niño, veía a los mayores de cuarenta o cincuenta años como personas muy viejas, las señoras, gordas, los hombres, mal afeitados, encanecidos, recuerdo que en aquellos años se hablaba del año dos mil y se pensaba en películas de ciencia ficción. Y va a hacer un cuarto de siglo del año dos mil y aquí estamos.
No me imaginaba superando los sesenta años, ¡eso ni soñarlo!. ¿Cómo iba a vestir yo con aquellas extrañas ropas con que se reflejaba en el cine a los habitantes del siglo XXI? ¡Qué locura! Y con este pensamiento, a mis diez años, diez años de los años cincuenta, vivía la mar de tranquilo.
Ha llegado el siglo XXI, hemos pasado el año dos mil y en el dos mil veinte y pico ¿Qué ha ocurrido?
Hace décadas que el hombre ha llegado a la Luna y ahora, se piensa en ir a Marte, las comunicaciones son inmediatas desde cualquier parte del mundo. La televisión, ese invento que nos parecía que no iba a tener futuro, más que nada por los fritos que se formaban de vez en cuando en medio de una película del oeste o una corrida de toros, y eso si que nos molestaba sobremanera, viendo el capítulo de esa noche de HISTORIAS PARA NO DORMIR, la serie de NARCISO IBAÑEZ SERRADOR, que hacía que algunos mayores llegaran al trabajo al día siguiente bostezando y con cara de susto, todo eso queda muy atrás, es añejo, el mundo ha cambiado tanto que nos parece cosa de aficionados lo que hizo, en la radio, el mismo ORSON WELLES cuando se atrevió a imaginar una invasión de marcianos, con tal realismo que la gente escapaba de sus casas creyendo que se estaba retrasmitiendo realmente la llegada de los marcianos para invadirnos en LA GUERRA DE LOS MUNDOS.
De pronto, sin previo aviso, como pasan las cosas que son verdaderamente importantes. surgió el virus, el COVID-19 y aún no se sabe por qué ni como, tal vez porque alguien comió lo que no debía, o por una mutación inimaginable, no se sabe, hay muchas especulaciones al respecto, y en menos de un año, ese virus, ha causado más muertes que las dos guerras mundiales que asolaron el siglo XX, y la cosa continúa.
En unos meses, cosa totalmente extraordinaria, se han logrado seis u ocho vacunas que ya se están aplicando a ciudadanos de varios países, y en España comenzarán a ponerla a los mayores de ochenta años y sanitarios a partir del día 27 de diciembre, no quieren que sea el día 28, lunes, por aquello de los Santos Inocentes, que, vaya usted a saber, porque la mortandad sigue, y seguirá durante bastante tiempo aunque hay algunos que dicen que esto es, con las vacunas, el final del túnel.
Pues sí, eso que hace poco tiempo nos hubiera parecido algo inimaginable, está ocurriendo realmente en todo el mundo, ¡Qué llegaremos o llegarán a ver los que vivan dentro de diez o veinte años...!
Nada, que las novelas de Ciencia-Ficción que antes nos hacían mirar para atrás aún leyéndolas en casa, no son nada comparado con lo que estamos viviendo... y lo más terrible es que no vemos al enemigo, puede estar ya en nosotros y lo sabremos dentro de unos días, nadie está libre y no se tiene ninguna certeza de qué fue lo que lo provocó, se piensa en una mutación de enfermedades de animales a humanos o incluso se ha llegado a especular con una guerra bacteriológica, aunque, esto último, sería demasiado terrible para ser verdad, incluso hay quien piensa que podría ser la rebelión de la Naturaleza contra la acción destructiva del hombre... Ese hombre que se siente super poderoso y que tal vez necesita una cura de humildad.
Lo único positivo es que, durante este año, el hombre ha respetado algo más a la Naturaleza y su inacción, la reducción de la actividad industrial, le ha llevado a una crisis económica terrible, la economía se ha deteriorado de tal forma que hay un 25% de la población que antes estaba bien situada o al menos tenía para poder vivir y ahora se ve obligada a acudir a la ayuda social, a las colas del hambre. Sí señor, sí, esto hará retroceder las economías de todo el mundo y las expectativas de desarrollo. Pero, ¡es lo que hay!.
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