El profesor Benigno Saldaña.




 Pascual y el profesor Benigno Saldaña.


Están en la Facultad de Políticas yPascual pregunta a su profesor  Benigno SALDAÑA. sobre lo que está pasando.  Benigno SALDAÑA, un hombre moreno, curtido por el sol y amante de la naturaleza, de cincuenta y cinco años y con más de TREINTA de militancia política le trata de animar.

-Mira, Pascual, entiendo que todo lo que se dice en los medios parece un lío, y asusta un poco, pero voy a tratar de explicártelo de una manera sencilla.

Franco fue un dictador que gobernó España con mano dura durante casi 40 años. Durante ese tiempo, no se podía decir lo que uno pensara, las libertades estaban muy limitadas, y si alguien se oponía, podía terminar en la cárcel o peor. Pero, Franco murió, en la cama, en noviembre de 1975.

¿Y qué pasó después? Todo fue cambiando poco a poco, ¿no?


Sí, claro, todo llevó su tiempo. El día que Franco murió, España estaba dividida. Había gente que vivía muy bien con la dictadura por sus intereses personales y quería seguir con la dictadura, otros, en cambio, querían democracia, pero, sorprendentemente, los que estaban en el poder en esos momentos, incluidos los militares, decidieron que era el momento de cambiar. Así que se inició lo que se llamó la "Transición". 
El rey Juan Carlos, aunque había sido nombrado por Franco, jugó un papel importante en ese cambio. Tuvo que traicionar su juramento de continuidad con las políticas que se habían seguido hasta entonces y unirse a los que querían el cambio a la democracia.


-¿Entonces, Juan Carlos era un tipo que estaba con Franco, pero luego cambió?

-Sí, exactamente. Juan Carlos era el rey que Franco había puesto para seguir con el régimen. Pero lo que hizo Juan Carlos fue dar un cambio de timón  a todo. Aunque al principio juró defender las leyes de Franco, al final fue él quien ayudó a que España se convirtiera en una democracia. La clave fue que apoyó la Constitución de 1978, en la que le daba más poder al pueblo y menos al gobierno de turno, y establecía un sistema en el que todo el mundo tuviera derechos y libertades.

-Entonces, ¿por qué todavía hay gente que apoya a Franco o piensa que lo que hizo estuvo bien?


-Eso es algo complicado. Algunas veces las cosas no se explican bien, y el sistema educativo no ha hablado con claridad sobre lo que pasó. Durante los primeros años de democracia, España intentó mirar hacia adelante sin hacer demasiados juicios para evitar más enfrentamientos. Pero eso también dejó algunas cosas sin resolver, como la memoria de las víctimas del franquismo. Por eso hay personas que, por falta de conocimiento o porque con Franco les fue muy bien y que todavía ven a Franco como alguien que hizo cosas buenas, cuando la realidad es que gobernó de una manera muy autoritaria.

-Pero…  ¿Cómo puede ser que después de todo ese tiempo aún haya gente que no vea lo malo de Franco?


-Eso es precisamente lo que complica todo. Al no haber un proceso claro de reflexión sobre lo que pasó, algunas personas, especialmente los más jóvenes, no entienden bien la historia. Si no te explican lo que realmente ocurrió y cómo afectó a tantas familias, a tanta gente, es fácil caer en la trampa de pensar que todo eso fue "normal" o incluso necesario. Además, algunos partidos políticos, como Vox, juegan con esa confusión, buscando apoyos entre quienes creen que lo que pasó en el pasado era mejor que lo que tenemos ahora.

-¿Y eso por qué pasa ahora, con todo el caos que hay? Si estamos en democracia, ¿por qué está todo tan revuelto?

-Buena pregunta. Mira Pascual, lo que pasa ahora es que todo está dividido en muchas ideologías, y mucha gente se siente frustrada. Por ejemplo, en los últimos años, los problemas económicos, la crisis de 2008,  las tensiones con Cataluña y otras cosas, han dejado a muchos españoles desilusionados. Entonces, hay quienes piensan que las cosas no van bien y buscan soluciones en las ideas más extremas. Pero lo que también pasa es que a veces los políticos no juegan limpio, y eso hace que la gente pierda la confianza en el sistema.

-Además, ahora se habla mucho de la separación de poderes. ¿Sabes lo que es? Básicamente, se supone que hay tres partes del gobierno que deberían ser independientes entre sí: el Legislativo (que hace las leyes), el Ejecutivo (el gobierno que las aplica) y el Judicial (los jueces que las interpretan). Pero, en los últimos años, ha habido bastante lío con esto, y eso genera desconfianza en la gente. Si uno de esos poderes se mete demasiado en los otros, pues ya no sabes si realmente estamos viviendo en una democracia sana o si estamos ante un sistema que se está tambaleando.

-Entonces, ¿por qué la gente sigue votando a esos partidos que parece que no están muy a favor de la democracia? ¿No deberían estar todos los políticos de acuerdo en defenderla?

-El problema es que la democracia no es perfecta, y hay mucha gente que se siente ignorada o que no tiene lo que necesita,  trabajo o un futuro estable. Entonces, algunos partidos dicen que tienen la solución, aunque esas soluciones puedan ser extremas o basadas en ideas que no respetan tanto la libertad de los demás. En tiempos de crisis, la gente busca respuestas rápidas y no siempre se dan cuenta de las consecuencias de esas respuestas. Por eso es tan importante que los jóvenes, como tú, se informen, lean y se cuestionen todo, para que no los engañen con discursos que prometen soluciones fáciles.

- Entiendo, pero, ¿ qué podemos hacer para que todo esto mejore?

- Lo primero es entender bien nuestra historia, no solo los puntos buenos, sino también los malos. Hay que conocer el pasado para no repetir los mismos errores. También es importante que todos, sobre todo los jóvenes, sigais luchando por mantener una democracia fuerte y sana. La democracia no es algo que se consigue y se deja en el olvido; hay que cuidarla todos los días. Y eso significa exigir transparencia, exigir que los políticos hagan bien su trabajo, y sobre todo, no perder la fe en que se puede mejorar.

 -Vaya, me has hecho pensar bastante. Gracias por explicármelo de manera tan clara.


-No hay de qué. Y recuerda, siempre es bueno preguntar y aprender. La democracia es de todos, pero depende de cada uno de nosotros que funcione bien.











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