JULIA Y EL DRAGÓN QUE NO QUERÍA ASUSTAR.
jULIA Y EL DRAGÓN QUE NO QUERÍA ASUSTAR
Un cuento del abuelo Pepe dialogando con Julia.
—A ver, Julia, escucha este cuento, te va a gustar.
Resulta que hace muchos, muchos días, vivía cerca de un gran río, al lado de tu cole de la Casita, un dragón que no quería asustar a nadie y estaba triste porque se había visto reflejado en el agua y se había asustado.
A ese dragón todo el mundo le llamaba Don Fideo, porque era flaco como un fideo… ¡pero tenía unas alas enormes!
Eso sí, era un dragón que no echaba fuego por la boca, No. Don Fideo echaba humo de colores y olía a galletas de canela.
—¿Sabes por qué? mi niña.
Porque no se comía a señores gordos, no podía, se atragantaba con la tela de los trajes y se le estropeaban los dientes, a él, lo que más le gustaba era comer meriendas campestres, con hornazo, tortilla de patata, bizcochos, croquetas, bocatas de queso y de jamón cocido
Y como se había visto tan feo en el agua del río, un día Don Fideo decidió bajar al pueblo a jugar con los niños.
Pero claro, en cuanto lo vieron, salieron corriendo y se subieron a los árboles, eso los mayores, los pequeños se metieron en la casita asustadísimos:
—¡Un dragón! ¡Un dragón! ¡Corre, que te come el pantalón!
Y Don Fideo, el pobre dragón, se sentó en una roca y estuvo llorando muchos días mientras se justificaba a si mismo diciendo:
—"Yo solo quería jugar al pati con los niños... que me da mucha envidia verlos y no poder jugar porque tengo las patas tan grandes y tan feas…"
Entonces, ¿sabes quién apareció?
¡Tú, Julia!
Con ese peinado tan precioso que te había hecho mamá y tu vestido de Cenicienta y las botas de Dora la exploradora.
Te acercaste sin miedo, con unas galletas que te habías traido de Salamanca y le dijiste:
—¿Te gustan las galletas de chocolate o las de canela?
El dragón se puso muy contento, tan contento, tan contento, que de su nariz salió una nube de humo con forma de corazón.
Desde entonces, Don Fideo cuida a los niños y niñas en el recreo.
No asusta, no ruge, ¡y juega al escondite como un campeón!
Y tú, mi niña, eres la única que sabe que ese dragón tan raro, tan raro… al que todos tenían tanto miedo solo necesitaba ser amigo de Julia.
Y colorín, colorado, azul, verde, rojo y anaranjado.
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