LA PROFESORA DE PATRICIA
Hoy es martes y el sábado comienzan las vacaciones de Navidad. Patricia camina por la Avenida de Salamanca camino del colegio, son las diez y media y tocaba examen de Matemáticas a primera hora. va llorando, no sabe qué decirle a la señorita Mili para justificar su falta al examen. "No ha sido culpa mía, la cerradura se "atoró", lo dijo el señor Julio, por eso no se abría, me puse nerviosa y luego... Bueno, luego, la que se puso nerviosa fue mamá... Tengo que inventar algo, tengo que inventar algo, si digo la verdad estoy perdida...
Llama al timbre y la madre Soledad corre hasta la puerta.
-Niña, ¿Dónde está el fuego? No corras, no corras, si ya no llegas a la segunda.
Patricia no escucha, no puede perder tiempo, corre pasillo adelante y entra, como un trueno en clase. La profesora de Lengua le hace señas para que se acerque. Obedece con la cabeza baja.
-Primero se pide permiso, después se saluda y... Pero ¿Tú no tenías que haber venido a las nueve al examen...?
-Sí, señorita Marga, es que he pasado muy mala noche, tenia unos granos muy feos y mamá llamó...
-Bueno, ya se lo explicarás a la señorita Mili, en Lengua hoy tienes falta ¿quieres quedarte o esperas a la siguiente?
-Yo... yo prefiero... quedarme y no perder su clase seño...
-Bien, siéntate, tienes suerte de que esté de buen humor... pero la falta, comprenderás que no puedo quitarla así como así. En fin, ya veremos...
La señorita Marga sonríe, Patricia es una de sus mejores alumnas, seguro que le quita la falta.
Diez minutos después sonó el timbre, era la hora de recreo.
Ya en el patio, la señorita Mili y la señorita Marga hablaban en una esquina. Al verlas, Patricia se acercó a ver si tenía suerte. A la señorita Mili no le gustaba perder tiempo de clase por retrasos, lo explicó el primer día de curso.
-Buenos días, señorita... Mili, no he podido llegar al examen de Matemáticas porque esta noche tuve fiebre y desperté con unos granos en la cara, mamá se asustó y llamó al médico y me puso una inyección de... de urbason, mamá dijo que se llamaba así, y luego... tuve que esperar un ratito para desayunar porque la inyección tenía que hacer su efecto y...
La señorita Mili la interrumpió con gesto de asombro.
-¿Urbason?, eso es muy fuerte para tu edad, a los doce años no se ponen inyecciones tan...
-Sí, señorita, mamá dijo que se llamaba así, y luego... bueno, que tuve que esperar a que se me pasase el calor de la cara y los granos y por eso...
-Ya, Patricia, ya, dile a tu mamá que esta tarde, a las cinco y media tengo estudio y la recibiré con mucho gusto. pero tu examen, como comprenderás, debo cambiarlo, cualquiera te puede dar el resultado de los problemas... no es que desconfíe... es la norma... en estos casos.
-Sí, señorita, gracias... ¿Y cuando lo haré?.
La señorita pensó un poco con la mano derecha en la barbilla.
-Si viene Teresita, que ha ido al médico, mañana mismo lo haréis las dos. Ahora, vete a jugar, salvo que... el médico te haya dicho que tampoco puedes correr...
Patricia no entiende lo que quiere decir la señorita, pero no dice nada. Corre hasta el centro del patio dónde están jugando a la comba tres compañeras suyas.
Las dos profesoras cuchichean.
-Con esta niña no se sabe nunca si dice la verdad o miente... en veinte años de profesión no se me ha dado un caso así, no se le mueve un músculo de la cara...
-Espera a ver que dice su madre esta tarde.
-Eso haré, eso haré, pero...
A las cinco y cuarto ya esta Juana, la madre de Patricia, en el despacho esperando a la señorita Mili, que en ese momento entra corriendo, con unos papeles bajo el brazo.
Se saludan con un beso, se conocen bien, no es la primera vez que la profesora de matemáticas ha tenido que avisar por alguna travesura a Juana.
-Bueno, Mili, tú dirás... Dice la niña que querías hablar conmigo... por su retraso de esta mañana.
-¿El retraso de esta mañana? No, Juana, Patricia llegó con retraso a la clase de Lengua, a la mía no apareció y, si te soy sincera, su justificación no me convence en absoluto. ¿Qué ocurrió realmente?
Juana duda un momento antes de contestar, se teme lo peor, sabe de la fantasía de su hija., "La verdad os hará libres" reza un cuadrito en la pared del despacho.
-Verás Mili, Patricia, a las ocho de la mañana estaba en la ducha preparándose para venir al colegio, ayer me contó que hoy tenía un examen de "Matracas", así me dijo, pero que lo tenía "Super" y que iba a sacar, por lo menos, un siete, yo estaba con los desayunos y de pronto la oigo gritar "Mamá, mamá, que·no puedo salir, mamá, esto no va, la puerta no abre", busco una aguja de gancho, otras veces ha dado resultado, con ella en la mano intento tranquilizarla.
- "Tranquila mi niña, es un momento", meto la aguja, giro a derecha e izquierda pero nada, la animo a que esté tranquila, que gire el picaporte pero, cada vez más nerviosa empieza a llorar a grito pelado, subo a buscar ayuda a casa de Julio, el pobre lo intenta una y otra vez, total, no hubo más remedio que desmontar la cerradura para poder abrir, y entre unas cosas y otras, aunque se bebió la leche de un sorbo y arrampló con la cartera como alma que lleva el diablo, no salió de casa hasta alrededor de las diez y con un cuajo que no sé en que estado de ánimo llegaría a clase. Eso es todo. No sé lo que habrá contado ella pero, ese fue el motivo de su retraso...
-De acuerdo Juana, mañana le haré un examen de "repesca" . hay otra compañera que también faltó porque tenía consulta, no le digas nada porque Patricia es... de letras, y ya sabes, la fantasía.
-"¿Qué tiene que ver la fantasía con que Patricia no llegue a un examen?... No entiendo.
-Sí, Juana, sí, la versión de Patricia es que despertó esta mañana con fiebre y unos granos horribles, avisaste al médico y éste le inyectó Urbasón, y por eso no pudo...
-¿Llegar al examen de Matemáticas?
-Exacto. Tu hija tiene una mente... muy rápida, no la seguimos, pero, no te preocupes, ya se le pasará. No le digas nada, la profesora de Lengua está contentísima con ella y en Matemáticas no va mal... Además, tener fantasía no es malo, ojalá nosotras nos tomásemos la vida con un poco más de FANTASIA.
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